martes, 14 de enero de 2014

Fieston Rojiblanco, por fin un premio por jugar bien 6 - 1

Con recelo se esperaba la visita del Almeria en San Mames,buenos resultados hacian recelar de los de Francisco, el Athletic buen juego 0 goles el los dos ultimos partidos y por fin premio con goleada 6-1.

Una apisonadora

El Athletic recupera su versión más contundente, liquida al Almería en solo diez minutos y se da el gustazo de marcar media docena de goles que zanjan momentáneamente el debate sobre su puntería.

El Athletic se dio un atracón. Hizo seis goles con una facilidad pasmosa y así brindó a su afición un triunfo reconfortante, de lo más oportuno además, habida cuenta el contexto en que se registró. Con una remontada pendiente en la Copa a la vuelta de la esquina y coincidiendo con el cierre de la primera mitad del campeonato de Liga, los hombres de Ernesto Valverde se gustaron, certificando con modélica solvencia la distancia que les separa de uno de los candidatos a pelear por la permanencia. El Almería no pudo ni ubicarse en el campo, para cuando cayó en la cuenta de que el partido estaba en marcha, ya lo había perdido. Esa contundencia fue seguramente lo mejor de todo, pues convenía no dejar ni el más mínimo resquicio a la duda: era un compromiso asequible sobre el papel y en estos casos lo ideal es plasmarlo en la práctica con celeridad. Seis goles bien repartidos favorecieron que no se invirtiese un gasto exagerado, así como centrarse en lo venidero, que no es moco de pavo, al menos mientras se prolongue la participación en el torneo favorito del club.
La jornada sirvió para dejar sentado que es incierto que el Athletic no tenga gol, lo que le pasa es que su producción rematadora depende mucho del escenario, qué otra cosa se puede decir tras los últimos acontecimientos. La temporada ha dejado múltiples muestras de que es en San Mamés donde mejor se siente el equipo, es en casa donde acostumbra a lograr los goles que le hacen falta para sacar adelante sus compromisos. Ayer la afición asistió a una exhibición de verticalidad y eficacia que enmudeció, al menos momentáneamente, el debate generado en las dos actuaciones previas, saldadas con derrotas evitables con una ligera corrección del punto de mira. Se falló en demasía frente a Real Sociedad y Betis, pero el Almería no tuvo tanta suerte.
La historia del partido celebrado en horario antiguo fue muy breve: el desenlace quedó rubricado en las dos primeras llegadas al área de Esteban. Transcurridos diez minutos, los puntos en juego estaban en el bolsillo, excelente forma de coronar una gran primera vuelta de Liga, cuyo precedente más cercano se ha de buscar tres décadas atrás. La voracidad rojiblanca impidió conocer el plan que elaboró Francisco para Bilbao. Su equipo no se enteró de la fiesta, los rivales le entraron por todos los lados y cada aproximación a los dominios de Esteban fue una ocasión de peligro. No hizo falta elaborar ni afinar la puntería a base de insistencia. Ir, golpear y repetir. Una larguísima pared entre Rico y Aduriz dio pie a que el centrocampista renovase su ardiente idilio con el gol, mediante un remate muy bien dirigido que salvó con limpieza la oposición de dos defensas y el portero.
Hecho el primer roto, el segundo de la tarde no se hizo esperar y el protagonismo le correspondió a un Herrera que necesitaba levantar los brazos como el comer. A estas alturas, la consolidación de la segunda línea como clave en la pizarra de Valverde para desatascar partidos es incuestionable. Laporte anotó el tercero a balón parado, algo que pudo ocurrir un cuarto hora antes en otro córner botado por Susaeta. La debilidad de la zaga andaluza ante la decisión y el ansia que rezumaba el Athletic era una invitación permanente a un resultado escandaloso, pero tanta facilidad a veces es contraproducente porque provoca un relajo instintivo. Desde el 2-0 ya se apreció que el Athletic levantaba el pie del acelerador, lo cual no rebajó su concentración en labores sin pelota, aunque se resintiera algo la creatividad.
El gol del Almería puede catalogarse como un despiste admisible por cuanto la falta estuvo muy bien templada por Verza y la peinada le salió perfecta al luso Barbosa. La rápida respuesta local mereció idéntica suerte: Rico sirvió con mucho gusto al segundo palo y Aduriz se elevó como solo él sabe para conectar un cabezazo de manual que se marchó por centímetros. A la vuelta del descanso se resarció el ariete con una volea a bocajarro tras disputar Muniain un centro de Ibai, que acababa de incorporarse. Fue el primero de los cambios que Valverde estaba obligado a efectuar con celeridad pensando en que la semana viene cargadita.
BESTE BAT El partido no experimentó variaciones sustanciales: hacía muchos minutos que el desánimo había hecho mella en las filas de un Almería incapaz de frenar el dinamismo del anfitrión, que se desenvolvía con una comodidad exagerada. Rico e Iturraspe abusaban de su poderío en la zona ancha, apoyándose oportunamente en los centrales, y el resto se proyectaba ofensivamente, con mayor o menor fortuna, pero sin pausa. A grito pelado la grada empezó a pedir más goles después de que Muniain, maltrecho, cediese su plaza a De Marcos. Parecía una cuestión de tiempo que llegasen, pues todo discurría en una única dirección, la diferencia entre los contendientes era palmaria. Fue poco después de la extraordinaria noticia de un córner contra Iraizoz, Ibai recibió en la frontal y apuntó a la escuadra opuesta, el sitio por el que la pelota entró limpia.
El caluroso recibimiento a Kike Sola reactivó la expectativa de que se alcanzase la media docena, marca a la que ciertamente el Athletic se había hecho acreedor con su notable puesta en escena. El Almería adecentaba su estadística de posesión en una fase presidida por la natural distensión del Athletic. El encuentro languidecía, tampoco se trataba de hacer más sangre y en la mente de los jugadores revoloteaba la cita copera del miércoles. Entonces, Iturraspe templó desde la derecha y Trujillo derribó con aparatosidad a Sola. Penalti para redondear la faena, bueno a ver, esto es mucho decir en este equipo, pero… Sí, Ibai lo ejecutó con tino, lo arrimó mucho al palo izquierdo de Esteban, a ras de césped, y enterró así otro maleficio que, este sí, lleva mucho tiempo rondando al equipo.
El Almería fue el sparring idóneo para que el Athletic completase el ensayo de lo que se espera suceda en la siguiente cita, que reparte un billete para los cuartos de final de la Copa. La garganta de San Mamés ya se ha calentado para cantar más goles.
ATHLETIC: Iraizoz, Iraola, San José, Laporte, Balenziaga, Iturraspe, Rico; Susaeta (Min. 50, Ibai), Herrera, Muniain (Min. 61, De Marcos) y Aduriz (Min. 75, Sola).
ALMERÍA: Esteban, Rafita, Trujillo, Torsiglieri, Dubarbier, Verza, Ramón Azeez, Aleix Vidal (Min. 67, Suso), Soriano (Min. 54, Tebar), Hélder Barbosa y Óscar Díaz (Min. 54, Zongo).
Goles:1-0: Min. 6; Rico. 2-0: Min. 11; Herrera. 3-0: Min. 30; Laporte. 3-1: Min. 34; Hélder Barbosa. 4-1: Min. 52; Aduriz. 5-1: Min. 68; Ibai Gómez. 6-1: Min. 86; Ibai Gómez, de penalti.
Árbitro:Gil Manzano (Comité Extremeño). Por parte del Athletic amonestó a San José (Min. 33) y Rico (Min. 83). Del Almería mostró amarilla a Torsiglieri (Min. 36).
Incidencias:Unos 32.000 espectadores. Los jugadores del Almería saltaron al terreno de juego con unas camisetas recordando al recientemente fallecido Maguregi, entrenador que subió a Primera a su equipo en 1979.







           








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